Buscando en el taller de su padre, encontró los motores y las correas que necesitaba para construir su propia cinta de correr, y que le permitiría seguir entrenando durante el resto de la cuarentena.
La cuarentena ha dado para mucho. Sobre todo para muchos runners, que a pesar de que no podían salir a las calles para seguir haciendo lo que más les gusta, se las han apañado para seguir corriendo en cualquier lugar de sus casas - ya sea una terrazas, un pasillo o un balcón-. Sin embargo, hay quienes no tienen ni espacio ni cinta para correr y poder seguir entrenando. Es lo que le pasó a una atleta argentina, que cansada sin poder pisar la pista de atletismo, construyó durante el confinamiento una cinta de correr con sus propias manos.
La protagonista de esta historia es María Belén Rojas, una atleta argentina de 28 años que tenía por delante varias competiciones a lo largo de este año 2020, pero la pandemia por coronavirus y la cuarentena le obligó a tachar todas sus citas del calendario. Sin espacio en su casa para poder seguir entrenando, únicamente un jardín donde corría alguna que otra carrera, decidió ponerse manos a la obra, literalmente, para construir una cinta de correr con sus propias manos buscando en el garaje de su padre.
El padre de esta
atleta trabaja como reparador de lavadoras y ventiladores, por lo que durante
la cuarentena se puso a "limpiar su taller" y logró encontrar muchas
piezas viejas y en desuso que le ayudarían a construir su propia cinta.
"Empezamos a hacer limpieza aprovechando este momento, y sacamos muchos
motores y correas que ya no tenían utilidad. De ahí nació la idea y me pasaron
muchos manuales y tutoriales de cómo hacerla. Con eso y con la compra de
algunas partes, la terminé haciendo", cuenta en una entrevista a la web argentina Más Aire.
Tras dos meses fabricando la que será su cinta de correr artesanal, Belén ya pudo empezar a entrenar sobre ella. Aunque aún tiene alguno que otro fallo porque va "con mucha potencia", como ella misma cuenta, "hay que calibrarla y regular las velocidades, pero el funcionamiento es perfecto". Por lo que esta atleta argentina no tuvo que seguir saltando a la comba, trotar por su casa o entrenar en una bicicleta estática durante el resto del confinamiento. La cinta de correr que había hecho con sus propias manos le proporcionaba en cierto punto esa sensación de libertad, aunque fuera en el interior de su casa, que le da el correr.
Tras dos meses fabricando la que será su cinta de correr artesanal, Belén ya pudo empezar a entrenar sobre ella. Aunque aún tiene alguno que otro fallo porque va "con mucha potencia", como ella misma cuenta, "hay que calibrarla y regular las velocidades, pero el funcionamiento es perfecto". Por lo que esta atleta argentina no tuvo que seguir saltando a la comba, trotar por su casa o entrenar en una bicicleta estática durante el resto del confinamiento. La cinta de correr que había hecho con sus propias manos le proporcionaba en cierto punto esa sensación de libertad, aunque fuera en el interior de su casa, que le da el correr.
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