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EL SECRETO DE LOS CORREDORES DE KENIA

LA ELEVADA ALTITUD, LA DIETA Y EL HÁBITO CAZADOR DE SUS TRIBUS NÓMADAS SON LAS EXPLICACIONES QUE APORTAN LOS FISIÓLOGOS A LOS CONTINUOS ÉXITOS DE LOS ATLETAS KENIANOS.

La historia de los triunfos de los corredores de Kenia se remonta a la década de los años sesenta con la irrupción de Kipchoge Keino , un miembro de la tribu Nandi que venció contra pronóstico en los 1.500 metros de los juegos Olímpicos de México'68. Para ello debió derrotar al gran favorito, el estadounidense Jim Ryun, que no pudo soportar la falta de oxígeno existentes a los más de 2.200 metros de altitud de la capital azteca. Para Keino, con un organismo acostumbrado a entrenar en las altiplanicies de su país, aquella victoria no fue difícil, tan sólo el resultado de una suma de factores genéticos y ambientales que jugó a su favor. Desde entonces, la presencia en el podio de los corredores de Kenia ha sido constante en Juegos Olímpicos y Campeonatos del Mundo.
¿Por qué tantos campeones olímpicos en una nación de 30 millones de habitantes, perteneciente al mundo subdesarrollado? La gran explicación, además de en la tradicional buena forma física de los miembros de sus tribus cazadoras, parece encontrarse en la altitud del país.
Desde el punto de vista de la fisiología deportiva se puede afirmar que los corredores de Kenia se ven obligados de forma constante a entrenar en ambientes con una presión parcial de oxígeno baja, lo que estimula la producción de glóbulos rojos y mejora de forma indirecta el aporte de oxígeno a los músculos.
Lo cierto es que el relieve orográfico de Kenia se va levantando de forma gradual hacia el norte y el centro de su geografía. La región central está ocupada por una gigantesca altiplanicie situada a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar pero cortada bruscamente por el Valle de la Gran Grieta. En esta zona central es precisamente donde se entrenan habitualmente la mayoría de los jóvenes corredores de Kenia. En las altiplanicies orientales se encuentra la impresionante mole del monte Kenya, un volcán ya apagado, de 5.200 metros de altura, y que constituye el segundo punto más alto del continente africano.
Aumento de Hematíes
Los beneficios que ofrece el entrenamiento en altitud se conocen cada vez mejor. A medida que aumenta la altitud, la presión parcial de oxígeno existente en el aire va disminuyendo y se hace más difícil su captación por parte de la hemoglobina. Como consecuencia de ello, el organismo pone en marcha sus propios mecanismos de defensa mediante el aumento de la producción de hematíes en la sangre hasta llegar a una situación conocida como «poliglobulia».
Cuando un atleta viaja a un lugar de elevada altitud para entrenarse, sus análisis de sangre muestran ya al cuarto día de aclimatación unas cifras de hematocrito ( valor definido como el cociente entre el volumen de células rojas y el plasma ) que se han disparado hacia arriba. De forma paralela, los niveles de hematíes con frecuencia superan la cifra de seis millones por milímetro cúbico de sangre. Este efecto, conseguido en este caso de forma natural gracias al entrenamiento diario, repercute en una mayor resistencia al esfuerzo cuando el atleta abandona las zonas elevadas. Es decir, cuando un corredor de Kenia viaja a Europa, al descender para competir a nivel del mar, se encuentra mejor preparado para captar oxígeno del aire debido a sus elevados niveles de hematíes, adquiridos como respuesta del organismo tras el entrenamiento en ambiente de baja presión parcial de oxígeno. De este modo, el rendimiento de los corredores kenianos es muy superior en la competición a nivel del mar.
Precisamente existen atletas que tratan de imitar este procedimiento pero mediante la práctica ( prohibida por la reglamentación de dopaje ) del consumo de la hormona EPO ( eritropoyetina ) y las autotransfusiones de sangre.
La altitud y la adaptación de sus corredores al déficit de oxígeno son las grandes razones que explican los éxitos de los corredores de Kenia, pero no las únicas.
Si la altitud fuera la única explicación, los atletas de Nepal o Bolivia deberían dominar las carreras de a campo traviesa y sin embargo no existen corredores de talla mundial en estos países. Los expertos consideran otros factores a la hora de entender el fenómeno de los corredores de Kenia. Uno de ellos es la tradición cazadora de las tribus del país. Los miembros de las tribus seminómadas, como los masai o los turkana, están habituados a la caza a pie: correr es una actividad natural para ellos.
La tradición en las zonas rurales de Kenia consiste además en que los muchachos vayan a pie a la escuela (en muchos casos cubriendo más de diez km. diarios ) y ese hábito va generando lo que lo fisiólogos llaman una «base de trabajo aeróbico» ya desde la infancia.
Otro de los factores que se citan para explicar los triunfos de estos atletas es una actitud mental ( los corredores kenianos nunca se fijan límites artificiales a sus posibilidades ) que es determinante en su forma de huir de toda táctica y «romper» las carreras desde el primer kilómetro. Sin embargo, en los últimos años se está prestando una atención especial a su alimentación.

DIETA
Un grupo de investigadores ha concluido un trabajo en el que estudia la dieta de los corredores de Kenia. Se trata de una alimentación de corte tradicional y característica de ambientes rurales. La investigación muestra la dieta de los atletas de Kenia como pobre en proteínas pero también baja en grasas y, por contra, muy rica en carbohidratos. Los atletas kenianos de alto nivel comen a diario los platos típicos del país y no siguen ninguna de las sofisticadas ( y restringidas ) dietas de los corredores occidentales.
Los científicos se han fijado especialmente en una comida ( básica en cualquier hogar de Kenia ) que se conoce con el nombre de «ugali» y no es otra cosa que harina de maíz hervida en agua hasta adquirir consistencia. Se trata de un plato similar a la polenta. Los corredores de Kenia comen ugali a diario y acostumbran a combinarlo con espinacas.
En realidad, los expertos consideran que los corredores de Kenia, sin saberlo, realizan una dieta similar a la llamada «carga de carbohidratos» que realizan los corredores occidentales en las fases previas a una carrera de maratón. La fruta juega un papel importante en su alimentación, con un alto consumo de plátanos. Otro plato habitual parece ser un puré elaborado a base de repollo, patata y alubias (judía, planta herbácea).
También beben con frecuencia el «maziwalala», la variedad africana del yogur. La carne sólo es consumida ocasionalmente y ésta es precisamente una de las explicaciones -además de la elevada actividad física de su población- que los epidemiólogos conceden a la reducida tasa de muertes de origen cardiovascular en el país. La arteriosclerosis es un padecimiento infrecuente en Kenia. Por algo es una «nación de corredores».

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Santiago Ernesto Lértora Entrenador
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